martes, 18 de noviembre de 2014

¿Deben los cristianos dialogar con los apóstatas y herejes evidentes?

En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde; no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición. Pues EL QUE QUIERE AMAR LA VIDA Y VER DIAS BUENOS, REFRENE SU LENGUA DEL MAL Y SUS LABIOS NO HABLEN ENGAÑO. APARTESE DEL MAL Y HAGA EL BIEN; BUSQUE LA PAZ Y SIGALA. PORQUE LOS OJOS DEL SEÑOR ESTAN SOBRE LOS JUSTOS, Y SUS OIDOS ATENTOS A SUS ORACIONES; PERO EL ROSTRO DEL SEÑOR ESTA CONTRA LOS QUE HACEN EL MAL.

(1Pe 3:8-12 LBLA)
Esta era de la iglesia es una de engaño extremo debido a la transa de las doctrinas bíblicas y de sus estándares y enfocarse en el mundo. La separación entre la iglesia y el mundo no se está manteniendo. En lugar de ello, la santa barrera entre los dos ha sido rota cuando los falsos profetas han dado la bienvenida no solamente al mundo y sus costumbres dentro de sus iglesias, sino que también han abrazado el misticismo y las religiones orientales.
El sincretismo es el nuevo proverbio del Pueblo Emergente y del Nuevo Evangelismo. Por otro lado, Dios es bueno. Él cumple sus promesas. El Señor le dijo a Pedro que Él es quien edifica Su iglesia y que ningún mal será capaz de destruirla (Mat 16:18). Si esto es verdad, y lo es porque el Señor lo dijo, entonces ¿Cómo reconciliamos la rápida apostasía de gran parte de la iglesia visible con lo que Él dijo? Dios siempre guarda un remanente en los tiempos de apostasía desenfrenada. Estos cristianos son un grupo pequeño quienes Dios se ha reservado, quienes no han doblado sus rodillas ante Baal. Están también aquellos en quienes Dios está desarrollando la semejanza de Cristo, y por medio de los fuegos de la persecución de parte de  aquellos en la iglesia visible quienes han sucumbido a las herejías y la impiedad que viene ocurriendo, Él les está enseñando cómo permanecer firmes y nunca transar con la maldad. En esto ellos saben la diferencia entre el debate y el dialogo, y conocen que el debate de hecho aclara la verdad y por esta razón ellos lo mantienen; mientras que el dialogo es solamente una conversación la cual tiene la intención de transar con la verdad.

Parte de esta posición firme contra el mal es permanecer humildes como Pedro declara en el pasaje que puse arriba, al inicio de este artículo. A medida que ministramos y caminamos cada día, nosotros seremos probados. Vamos a ser puestos en circunstancias en las cuales nuestra fe será probada. En esto estamos siendo entrenados para responder a aquellas cosas de la manera en que el Señor lo haría. Él era firme. Él nunca transó la verdad. Él fue muy áspero y rígido con los apóstatas, pero con los pecadores quienes venían a Él en arrepentimiento, fue muy dulce pero firme. Estamos para alejarnos del mal y hacer el bien en tanto que seguimos la paz y la perseguimos. Sin embargo, nuestro enemigo se asegurará que la presión para que transemos nuestras convicciones doctrinales llegue para cargarnos en nuestras vidas.

Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros. Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.  Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

(Mat 5:11-16)
Ser la sal de la tierra es ser aquella irritación que entra en una herida y causa esa sensación de ardor que ninguno quiere. Debemos caminar en santidad y separarnos del mundo, nunca transar la verdad. Debido a esto, el mundo va a arremeter contra los cristianos quienes andan en sus vidas de esta manera. Tenga en cuenta que ser la sal de la tierra no significa perder tales cualidades que traen aquel ardor irritante a las heridas espirituales del perdido. De hecho, cuando los cristianos negocian sus principios bíblicos con el mundo, ellos pierden su sabor salado y se vuelven inútiles para el Reino. Debemos también ser la luz (φῶς) del mundo (κόσμου) La palabra φῶς es la raíz de nuestra palabra española “fósforo”, por ejemplo. Se refiere a una luz que no es encendida por hombres, y que no puede ser apagada por hombres; como la luz de la luna o la luz del sol. La cualidad de ser la luz del mundo debe ser entendida como reflejando la luz de la Verdad de Dios en la oscuridad, en el engaño, en la apostasía que está corriendo desenfrenadamente en el mundo y en la iglesia que ha negociado los principios de la Palabra de Dios. Estos quienes reflejan la luz de Cristo, en esta oscuridad presente, caminan sobretodo haciendo buenas obras de fe que dan toda la gloria a Dios. Estas buenas obras, son buenas a los Ojos de Dios. Estas son obras de obediencia dentro del Señorío de Cristo. La palabra para mundo κόσμου refiere en este contexto a la estructura de la moralidad dentro del sistema del mundo. Es el mundo caído en rebelión contra Dios.

El cristiano ha de estar en el mundo caminando a través de él como la sal y la luz en completa obediencia y entrega al Señorío de Cristo (Mat 16:24-26) Ellos también son buenos soldados equipados en el Ejército de Cristo. Esto significa que ellos deben conocer la verdad y cómo debatir a aquellos quienes odian la Verdad de Dios. Nunca debe permitirse que estos debates se conviertan ni siquiera en diálogos. Es aquí cuando los cristianos están dispuestos a permitir que los apóstatas y los herejes digan cosas sin desafiarlas que no son nada más que el producto de doctrina de demonios. No, nosotros no debemos estar ni siquiera involucrados en estas cosas. En lugar de ello, debemos decir la verdad. Debemos permanecer firmes, y cuando la persona rehúse a escucharnos, terminamos con ella. Cuando se nos dice que somos de mente cerrada e intolerantes por causa de esto, no debemos permitir que ello debilite nuestra determinación a ser obedientes en nuestra firme postura. Brian McLaren ha declarado que los cristianos quienes rechazan a dialogar con otras religiones y con aquellos de “otras opiniones” en realidad sólo representan un pequeño porcentaje de la iglesia. Esto es triste y probablemente sea verdad. Sin embargo, lo que nunca debemos olvidar es que no debemos devolver mal por mal. Cuando se nos acusa y se nos maldice debido a nuestra postura intransigente somos instruidos por nuestro Señor para regocijarnos (χαιρετε) y alegrarnos (αγαλλιασθε). “Regocijarnos” (χαιρετε) significa estar llenos de alegría; mientras que “Alegrarnos” (αγαλλιασθε) es saltar de gozo al estar extremadamente contento y lleno de alegría. Personalmente encuentro esto difícil. En tanto que nosotros estemos muy centrados en nosotros mismos y tengamos nuestros ojos en el efecto de nuestros ministerios, en nosotros mismos, vamos a tener un problema en obedecer a nuestro Señor de esta manera. Sin embargo, cuando nuestra atención se centra correctamente en el Reino de Dios y Su Justicia, entonces veremos lo temporal de las pruebas con el mismo gozo que nuestro Señor tenía en medio de sus debates con los fariseos y los saduceos.

¿Debemos dialogar con los apostatas y aquellos quienes buscan destruir nuestra fe? ¡No!, podemos debatirlos siendo sal y luz, pero nunca dialogar con ellos, porque todo eso hace que se introduzca duda y debilidad a nuestra determinación de permanecer firmes. En estos diálogos podemos por lo general terminar con alguna gran amargura y una aversión a volver entrar en la batalla. Sin embargo, cuando debatimos correctamente, podemos permanecer en nuestro lugar asignado en la línea de combate, llevando nuestra piadosa armadura y listos para dar una buena batalla así como la recibimos de los enemigos de la verdad de Dios. Debemos estar resueltos a permanecer separados del mundo y sus caminos.
Las ciudades bien fortificadas tenían muros anchos, y así tenía Jerusalén en su gloria. La nueva Jerusalén debe, de la misma manera, ser rodeada y preservada por un muro ancho de no-conformidad al mundo, y separación de sus costumbres y de su espíritu. La tendencia de estos días es romper esta santa barrera, y hacer la distinción entre la iglesia y el mundo meramente nominal. Los encargados de la enseñanza ya nos son estrictos ni puritanos. La literatura cuestionable es leída por todos, los pasatiempos frívolos son consentidos en la actualidad, y un relajamiento general amenaza con privar al pueblo peculiar de Dios de aquellas singularidades sagradas las cuales separan a ellos de los pecadores. Será un día enfermo para la iglesia y el mundo cuando la fusión propuesta sea completada, y los hijos de Dios y las hijas de los hombres sean como uno: entonces otro diluvio de ira será introducido. Amado lector, sea su meta en el corazón, en palabra, en el vestir, en las acciones, a mantener el muro ancho recordando que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios.

El muro ancho proporcionaba un lugar placentero de descanso para los habitantes de Jerusalén, de la cual ellos podían dominar las perspectivas de la región circundante. Separados del mundo y negando a nosotros mismos toda impiedad y deseo carnal, no es, con todo, estar en una prisión ni restringidos por límites estrechos; más bien, nosotros caminamos en libertad porque guardamos Sus preceptos. Venga, lector, esta noche caminemos con Dios en Sus estatutos. Como un amigo encontrando otro amigo sobre la muralla de la ciudad, así encuentra a tu Dios en la manera de una santa oración y meditación.

Tienes el derecho de recorrer los baluartes de la salvación, pues tú eres un libertado del burgo real, un ciudadano de la metrópoli del universo.

(Lecturas Vespertinas por Charles Spurgeon – énfasis mío)
Hermanos míos, la salud de la iglesia parece a nuestros ojos como bordeando la muerte, sin embargo, no permitamos nunca olvidarnos que Dios es Soberano y está en total control de todas las cosas. Nuestro Señor todavía está edificando Su iglesia y nosotros cometemos un error muy grande al pensar en términos simples tales como los números. ¡De ninguna manera! El Señor aun está edificando Su iglesia, pero este edificio es uno de gran profundidad y centrado en un fundamento muy firme. La religiosidad muerta de la mayoría de la iglesia visible ¡no es la “iglesia”! No, la iglesia verdadera todavía está con nosotros y aquellos de nosotros en ella debemos continuar siendo sal y luz en el mundo en tanto que tomamos nuestras cruces y seguimos al Señor cada y todos los días.

¡Soli Deo Gloria!

 Escrito por Mike Ratliff

Artículo original: http://mikeratliff.wordpress.com/2014/11/15/should-christians-dialogue-with-obvious-apostates-and-heretics/

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