miércoles, 21 de enero de 2015

Una inculpación de los arminianos para el nuevo calvinismo

Es indudable que las etiquetas denominacionales son de alguna ayuda en nuestros días, y en el título de esta entrada vemos dos de ellas: “arminiano” y “nuevo calvinista” (evidentemente no soy ni lo uno ni lo otro) pero quisiera traer a consideración un artículo que he leído el día de ayer en un blog cuyo título original es: “La piedad, el Nuevo-Calvinismo y Calvino” donde se analizan las doctrinas de la piedad y santificación bíblicas, cuya ausencia es la acusación que se le imputa a los nuevos calvinistas desde un sitio web arminiano en un artículo titulado “La muerte del Nuevo Calvinismo” (the- death-of-new-calvinism)

No se necesita ser arminiano, para reconocer que las Escrituras dicen claramente: “Sin santidad nadie verá al Señor”; cualquier cristiano genuino sabe eso y además lo vive.

Voy a  traducir de la cita arminiana, incluida en el artículo, solamente la parte que tiene que ver con el tema de la piedad y la santificación, pero no lo relacionado al amor particular de Dios, ya que el autor del artículo que traduzco no lo hace.

Antes de introducirnos en este tema, quisiera recordar una cita de J.C. Ryle, la cual es pertinente y que exhorto sea meditado por el lector:
La doctrina es inútil si no se acompaña de una vida santa. Es peor que inútil, ésta hace un daño positivo. Algo de la ‘imagen de Cristo’ debe ser visto y observado por los demás en nuestras vidas privadas, en nuestros hábitos, en nuestro carácter y en nuestros hechos

La Piedad, El Nuevo Calvinismo, y Calvino

No soy un nuevo calvinista en ninguna extensión de la imaginación. Pero voy a compartir algunas preocupaciones del siguiente arminiano:
Además, creo que los Nuevos Calvinistas deberían preguntarse ¿Por qué su tradición y teología no los conduce, natural e inherentemente, a la disciplina espiritual de la santidad?

… Voy a limitar mi punto a la relación de la santidad con el calvinismo  desde el punto de vista de Calvino.

En la actualidad, los Estados Unidos están viendo un renacimiento del Calvinismo. En muchas formas es ortodoxo, y podemos regocijarnos por ello. Sin embargo, hay una torcedura en este resurgimiento del Calvinismo. Es cierto que, hay muchos dentro de la iglesia que están tanto alarmados como perplejos por esta nueva forma de calvinismo. Recientemente Ian Murray lamentó que “en nuestros círculos, la piedad y la santidad no son las características de la creencia calvinística en la medida en que debería ser” Esta también ha sido la voz de Peter Masters, quien escribió un artículo titulado “La Fusión del Calvinismo con la Mundanalidad” donde él da respuesta al “Joven, Inquieto, Reformado” (Young, Restless, Reformed ) de Collin Hansen:
Este autor, sin embargo, tuvo gran tristeza al leerlo, porque describe un calvinismo seriamente distorsionado al que le falta mucho, mucho por parecerse a una auténtica vida en obediencia a un Dios soberano. Si este tipo de calvinismo prospera, entonces la genuina piedad bíblica estará bajo ataque como nunca antes lo ha estado.

Cualquier cosa podamos decir acerca de este nuevo resurgimiento del calvinismo, pero debemos afirmar claramente que el Calvinismo de Calvino estaba casado con la santidad, y la piedad era su palpitar. Por lo tanto, la santidad y la piedad desempeñaron una parte no pequeña en la teología de Calvino. Como yo, John Hesselink señala que “una preocupación constante de la teología de Calvino fue siempre la de fomentar la piedad o santidad y la utilidad (utilitas) de la verdadera doctrina” De hecho, Calvino pudo insistir en que un verdadero teólogo “edifica la conciencia en el temor de Dios” De la misma manera, un buen predicador o maestro está para exhortar a sus oyentes a una vida santa, en lugar de llenarlos con cuestiones inútiles.

Es importante señalar que Calvino creía firmemente que la verdadera piedad es tanto la raíz y el fruto de una correcta teología. La teología verdadera y bíblica es muy práctica. Para que podamos conocer a Dios correctamente (teología), debemos poseer la piedad, ella es el prerrequisito de cualquier conocimiento verdadero de Dios. A medida que ganamos una visión espiritual por un verdadero conocimiento de Dios, somos más movidos en el camino de la piedad. “Porque el conocimiento de Dios es el principio de la vida y la primera entrada en la piedad” Así, la piedad es el alma de la vida espiritual de un cristiano verdadero.
Hasta que los hombres aprendan realmente cuanto le deben a la misericordia de Dios, ellos nunca estarán con un verdadero sentimiento  de adoración a Dios, tampoco serán eficazmente estimulados al temor y la obediencia a Dios

Si Calvino pone tanto énfasis sobre la piedad, entonces es correcto preguntar ¿A qué se refería él con esta principal virtud? En su Institución, Calvino afirma “La esencia de la verdadera piedad no consiste en un temor que gustosamente me hace huir del juicio de Dios, sino… en un celo puro y verdadero que ama a Dios por completo como Padre, y lo venera verdaderamente como Señor, abraza Su justicia y teme más ofenderlo que morir” En su Institución, él escribe de manera similar:
Llamo piedad a una reverencia unida al amor de Dios, que el conocimiento de Dios produce. Porque mientras que los hombres no tengan impreso en el corazón que deben a Dios todo cuanto son, que son alimentados con el cuidado paternal que de ellos tiene, que Él es el autor de todos los bienes, de suerte que ninguna cosa se debe buscar fuera de Él, nunca jamás de corazón y con deseo de servirle se someterán a Él. Y más aún, si no colocan en Él toda su felicidad, nunca de veras y con todo el corazón se acercarán a Él. [I, ii, 2]

Por consiguiente, cualquier cosa que podamos pensar del Nuevo Calvinismo, o cómo podríamos aun definirlo, a menos que persiga la santidad y la verdadera piedad, no es el heredero legítimo del Calvinismo de Calvino. Está desprovisto del corazón mismo del verdadero Calvinismo.



https://ilyston.wordpress.com/2013/09/18/piety-new-calvinism-and-calvin/

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